martes, 31 de enero de 2017


Hay que leerles a los niños


Seguramente muchos de nosotros recordamos algún cuento especial, ese cuento que nos contaron al pie de la cama y que hasta hoy resuena dentro nuestro con la misma voz del que nos lo narró cuando éramos niños, el mismo que nos embargó de emoción y nos transportó a increíbles lugares, el que nos hizo crear nuestras primeras imágenes basadas en una lectura, el que logró motivarnos a crear nuestros propios desenlaces ¡y por qué no! incluso nos encaminó a crear nuestras propias historias, unas historias parecidas a nosotros mismos.
Es indudable que la proliferación de la tecnología y el auge del entretenimiento audiovisual haya acaparado la atención de nuestros hijos que sin duda fortalece habilidades en ellos, como la eficacia visual, la comprensión de secuencias de imágenes y diálogos e incluso el desarrollo del uso de la tecnología; sin embargo, un recurso de entretenimiento-aprendizaje no reemplaza al otro, por el contrario, lo complementa.

La lectura se erige como el recurso matriz del entretenimiento-aprendizaje, gracias a ella los niños desarrollan su capacidad de imaginación, de escucha activa, crea vínculos importantísimos entre padres e hijos, origina un espacio para compartir y sobre todo siembra la semilla de la creación en diversas áreas, no solo la literaria, lo cual favorece el desarrollo de su personalidad.

Francisco Tonucci (Frato), reconocido investigador de la educación en Italia, refiere textualmente: “hay que leer a los niños. O mejor, hay que leer. Los niños necesitan encontrar adultos que leen”, para ello invita a los padres a dedicar un tiempo exclusivo y fijo diariamente. Un cuarto de hora, veinte minutos. Al principio es favorable leer cuentos, pero luego es muy importante migrar a libros con lecturas más extensas divididas en capítulos, lo cual implique un compromiso de lectura por muchos días, de tal forma que retomemos donde lo dejamos el día anterior. También, Frato explica que así el niño quisiera que el mismo día continúen con la lectura, se debe decir que no, ya que el esperar también forma parte de la cultura de la lectura. La curiosidad y expectativa que generamos de esta manera, produce emoción y estimula su imaginación. En palabras del mismo Frato: “La emoción que suscita la lectura vale todo el esfuerzo que nosotros hacemos”.

Recordemos que existe un libro recomendado para cada edad y para cada niño y que en una librería pueden ser asesorados o inclusive pueden hojear las primeras páginas de los libros para niños. Pero no olvidemos hacerlo. No olvidemos ofrecerles a nuestros hijos todos los recursos que podamos entregarles, ya que la historia que ellos crearán para su futuro se sostendrá de esos minutos compartidos.

Lima Villa College.
Marketing y Comunicaciones.
2553232. Anexo 212
Foto: De un personaje creado en nuestras clases de arte.